sábado, 8 de octubre de 2011

Contradicciones, sedentarismo & museo


Aquellos que no comprendan/padezcan de contradicciones, abstenerse de leer, por favor. 

Ahora que comenzamos a tener un ritmo más cotidiano, nos sentimos menos turistas y más locales. Eso es bueno y es malo. Disminuyen los niveles de euforia de cachorrito que quiere que lo saquen a pasear y beneficia el bolsillo considerando ciertos paseos que podrían hacerse y se descartan por mirar pelis y ver pasar la vida por la ventana comiendo lemon pie. La parte negativa está clarísima, el tiempo pasa y la vida y las horas y todo lo que Steve Jobs (1) nos enseñó en su tan persuasivo y estético discurso. 

Dejar de sentir el cosquilleo ese que nos hace despertarnos temprano un finde y mirar todo con ojos de vacaciones no es lo mejor, pero puede ocurrir. De hecho, somos testigos de esa sensación. Llevamos poco más de un mes en México y no fuimos a Las Pirámides ni al Museo Frida Kahlo…un poquitito de culpa nos llega y nos hace pensar que ¡Así no es la cosa!, que casi da vergüenza, que... ¿Qué vamos a poner en el  blog?, que…¡Qué flojera!, ¿Qué habrá en la TV?, ¿Quedó lemon pie? ¿Qué hora es? ¡¿Qué?!...¿Ya mañana es lunes?

Pero el primer paso es aceptarlo J jiji.

Antes de agregar más drama a la situación debo decir que tampoco es para tanto, pero cuando uno reflexiona a viva voz o a vivas teclas, para el caso, tiende a agrandar un poquitito lo que inquieta. (No es que yo sea una exagerada…¡NoOoo!). Tampoco es que no hemos salido. Sólo no hemos salido en dos ocasiones –no consecutivas- de fin de semana. Ese no fue el caso del anterior. He aquí una revisión con deseos de ser compartida:

El Museo Nacional de Antropología. Este lugar resultó ser realmente una maravillosa máquina del tiempo, llena de espacios extraordinarios que inevitablemente (digo inevitablemente porque yo no tenía grandes expectativas (2)), te llevan a la reflexión y te invitan a querer saber más y a contemplar en el recuerdo la sensación plena de estar frente a algo tan exquisito como antiguo y pensar en cuánto que se perdió y cómo esto o aquello se salvó y se rescató, se limpió, se estudió y ahora está aquí… miles de años después tras una vitrina, etiquetado, mirándome mientras lo admiro.

Estoy hablando de unos huesitos decorados, ni hablar de las tumbas exhibidas y las piedras monumentales talladas…y eso que no terminamos de recorrer todo el museo porque llegamos medio tarde y ya cerraba y que queremos concluir en algún momento.
¡Shh! Están tomando una siestita...


 Al final sí salíamos, me parece y quizás no era necesario darle tanta importancia a pasar algún oportuno día sin asomar la nariz por la puerta y disfrutar de estar cómodos.

¿Para qué tanto lio?


Linda catarsis. Gracias por atajarla.

Ahora retomo el control remoto y planeamos ir al Museo de Arte Moderno y pasar por el Blockbuster a la vuelta para pasar un domingo...sin culpas.


(1)  Dicen que los Trending-Topics dan rating, veremos.
(2) Tenía activado el switch mediocre, sorry.



sábado, 1 de octubre de 2011

¡Cumplimos un mes en México!





¡Cumplimos un mes en México! Y poco a poco nos vamos sintiendo como en casa... nuestro "freezer" ya se va llenando de comida congelada, casi siempre hay ropa secando en el "lavadero" y estamos encontrando un rincón para cada cachivache. Y generando cachivaches que rellenen cada rincón... si no es la misma cosa.

¿Ven la mesa sobre la que se apoya la torta? Llegó hoy "por sorpresa" a casa. Como ocurrió con la desaparecida-aparecida valija, este mueble decidió dar un par de vueltas por DF después de ser pagado y antes de llegar a nuestro living. Se hizo desear, pero ya está aquí (para detalles habrá un post más completo y "digerido" sobre Call Centers de atención al Cliente-de-mueblerías mexicanas...con un título más corto esperemos).

Pero eso es sólo un detalle, el calor de hogar se lo estamos aprendiendo a poner nosotros con pequeñeces,  como una fotito por allá, un librito por acá... un poquitito de comida sin tortilla de maíz por un lado, nada de picante en nuestros "abarrotes" por el otro...en fin, poniéndole un poco de nosotros sin dejar de abrirnos a la experiencia en este otro hemisferio. Y es que para los que no estuvieron aún por aquí... la comida mexicana que conocíamos no se parece en nada a lo que se pueda comer en México, pero en nada...

Y mientras más en casa nos sentimos, más deseamos que nuestra gente querida nos visite... así que no duden en darse una vuelta por aquí si de casualidad vienen a México... o mejor... vengan a México que los estamos esperando... y traigan cuñapé y yerba mate.

(PyV)